Una gorguera es “un adorno del cuello, que se hacía plegado y alechugado”.
Una rotonda como solución a un cruce lleno de desencuentros, en una zona urbana, dentro del núcleo del municipio, delante del mismo Ayuntamiento.
Una rotonda es un conjunto de relaciones geométricas entre dos círculos y la capacidad de giro de un vehículo. En nuestro caso, el autobús interurbano que nos fija un máximo. Inscribir la circunferencia resultante dentro del ámbito ha permitido decantar el proyecto a favor del viandante.
Por sorprendente que parezca, una solución vial ha permitido obtener un espacio cívico de calidad. Se han ensanchado al máximo las aceras, enfatizado la continuidad de los recorridos a pie, recuperado hileras de arbolado y construido una centralidad amable.
Siempre se ha intentado que la solución formase parte del lugar, se entendiera como cotidiana, no necesitara de otros lenguajes. De ahí la continuidad de trazas, de los materiales, de los despieces, el reciclaje de los elementos urbanos, las especies arbóreas…
Al interior de una rotonda se le llama gorguera. Un referente de distinción y delicadeza, aquí geometrizada y sistematizada como pieza industrial para la vía pública, pero depositada con sencillez sobre una alfombra continua en medio del cruce. Para nosotros, una sutil monumentalidad funcionalista.