El concurso de reforma del Museo de la Paz de Gernika (Gernikako Bakearen Museoa) nace de una firme voluntad de adecuar un discurso a un tiempo y con ello define una manera de entender el museo sociopolítico como una suerte de organismo vivo. Nuestra propuesta de reforma planteó la transformación conceptual del Museo antes que la remodelación formal y económica. Se entendió la reforma como una doble oportunidad que permitía actualizar los contenidos y a la vez renovar el continente.
Se propuso una museografía innovadora, creativa y genuina, no tanto por los dispositivos expositivos empleados como por la propuesta de cambio de paradigma del Museo. El Museo dejaría de contar un relato para convertir al visitante en una suerte de investigador que ejercería de guionista y de protagonista absoluto del discurso, enfatizando su individualidad y abriendo así el espacio a todas las sensibilidades. El Museo contiene un pasado muy reciente, aún por escribir, que, guardado y clasificado, se convertiría en metáfora de lo irreversible.