Naturalidad exterior, confortabilidad interior

Todos los elementos del Filibertu son naturales y ecológicos. Para la estructura de los arcos, el suelo y el techo se utiliza madera natural –normalmente pino de Flandes– y piezas metálicas especialmente diseñadas para unir las piezas de madera y simplificar el montaje. Para las fachadas, se puede seguir utilizando el pino de Flandes u otras maderas naturales, como el ipe o el etimoe.

Con el tiempo, en la cubierta se forman pequeños líquenes que dan un tono orgánico al exterior del Filibertu. El agua de lluvia es recogida por canales a sendos lados del arco, evitando que la humedad afecte la estructura y el interior. El mantenimiento de la madera exterior es mínimo ya que, gracias a la forma semicircular del tejado, hay muy poca superficie de madera expuesta.

Un sistema constructivo ad hoc

Diseñado y personalizado al gusto de quien se construye la casa. Cada Filibertu, a diferencia de las casitas prefabricadas al uso, es único y exclusivo, ya que se adapta a las necesidades de espacio, tanto interior como exterior, de cada cual.

Tanto las medidas del arco –que determinan la anchura y la altura– como la profundidad –que es la suma de una serie de arcos separados unos dos metros entre sí– son variables y se hacen a medida, en función del terreno y de los elementos exteriores.

El interior se proyecta de manera personalizada según las necesidades concretas de la vivienda, combinando arquitectura e interiorismo para conseguir un espacio útil, confortable y práctico.

Sin obras y respetando el terreno

La estructura de arcos de Filibertu facilita la integración del artefacto en el entorno. Cada arco apoya sobre unos bloques de cemento prefabricados, que sirven de cimientos sólidos para sostener la estructura con todas las garantías.

El espacio flotante que queda entre la base y el suelo preserva el interior de la humedad del terreno, a la vez que permite distribuir fácilmente las instalaciones e introducirlas verticalmente en cualquier punto del interior.

Este sistema permite prescindir de cimentaciones y trabajar con mucha más rapidez en la construcción, y permite producir el Filibertu en un plazo máximo de dos meses desde que se aprueba el proyecto.