Una plaza única
Desde el principio, la intención es obtener un espacio único, con vocación de cohesión y polivalencia. Una sola plaza que cohesione la suma de plazas diferentes. Un espacio que aglutine las diversidades de vestigios, volumetrías, rincones y representatividades, como mejor escenario para las diversidades funcionales y de actividad pública que queremos potenciar.
Una superficie única
La propuesta vincula la idea de unicidad a la de superficie única. Una alfombra urbana continua, accesible, adaptable a la topografía del lugar, y que permita su gestión global como un espacio plenamente polivalente y reversible. Para hacerlo, se ponen en marcha dos estrategias que gestionan su morfología: el agua y la geometría.
Agua como argumento
Una primera estrategia pone el agua como argumento. El surco de las escorrentías construidas hace un primer grabado sobre la superficie. Las aguas se recogen y redibujan las trazas de unos recorridos que singularizan una espina dorsal de arriba abajo de toda la plaza. El agua y la ausencia de agua son el primero de todos los flujos fundacionales. En el centro de la plaza, los diferentes ramales se intensifican en la proximidad uno de otro y sugieren una centralidad dinámica y nuevos perímetros dibujados por las Termas y la Fuente.
Una topo_grafía
La segunda estrategia, también vinculada a la topografía, nace al hacer visibles las curvas de nivel existentes. La continuidad de cota entre las calles Joan Samsó y de la Fuente, mediante unas líneas ligeramente arqueadas en el sentido transversal de la plaza, sugiere una gran explanada. Este reconocimiento es a la vez el vínculo entre fachadas. Una suerte de escalonamiento gráfico evoca una idea de anfiteatro urbano, donde la Fuente es central, donde las Termas se reconcilian con el entorno y se expanden visualmente, donde el Consistorio o Casa de la Vil·la –como la casa del Baño, como la casa del Conocimiento– reivindica su condición de Casa, de Casa abierta a la Plaza, ofreciendo el espacio vacío como expresión de la vida pública. Los árboles, su sombra, ocupan los perímetros.
Un lugar singular
Con todo, la nueva superficie reivindica la condición singular de este complejo paisaje urbano, tanto el que se ve como el que la alfombra contiene, un subsuelo rico desde donde se explica la ciudad, permitiendo una cambiante polivalencia del conjunto de usos y actividades que una plaza moderna e inclusiva ha de dejar abiertas.