Cómo proteger un viandante en la AP7

Jordi Pascual Pasarela Xino-Xano

 

La apuesta por dar importancia a las personas que van a pie o en bicicleta puede parecer una batalla perdida en aquellos espacios en los que el coche se ha convertido en el protagonista indiscutible. Las autovías y grandes ejes de conexión entre carreteras continentales e intercontinentales son a simple vista un lugar totalmente hostil para los viandantes. Sin embargo, el crecimiento de las ciudades obliga a afrontar el reto y permitir que las personas puedan cruzar sin problemas las fronteras artificiales que las separan de sus puestos de trabajo, de ocio, de compra o de sus seres queridos.

Vista cenital del puente. Fotomontaje.

Es el caso de Barberà del Vallès en que la AP7 separa el núcleo urbano del centro comercial Baricentro, uno de los más antiguos de todo el Estado. La futura ampliación del centro se ha traducido a nivel institucional con la firma de un convenio entre el Ayuntamiento y los comerciantes por el que se ha desarrollado un concurso público a través del Área Metropolitana de Barcelona para hacer un proyecto de pasarela para unir ambos extremos de la carretera sin dejar el peatón indefenso entre un mar de coches.

Vista cenital del puente

 

Vistas generales del puente

Como ganadora del concurso público, Leve Projects ha ido un paso más allá y no solo ha proyectado la pasarela, sino que la ha situado en el centro de un todo más amplio. Haciendo que el puente conecte una avenida que va desde Sabadell hasta Barberà con la calle interior que dejará la ampliación del centro comercial, se crea un itinerario más largo que, pasado el Baricentro, acaba conectando con el río Ripoll como espacio de recreo.

Estudio del puente, conexión entre el centro comercial y el rio. Fotomontaje.

Para garantizar la seguridad, el proyecto debía contemplar una estructura rígida que protegiera a los peatones de los coches y de su ruido. Por ello se ha optado por hacer un puente que va desde el extremo del núcleo urbano de Barberà hasta el techo del centro comercial, ambos situados a la misma altura. Las barandillas funcionan como vigas y aislantes del ruido, de las que se descuelga la pasarela, que una vez atraviesa la parte central de la autopista comienza a bajar protegida por una celosía, hasta acabar desembocando en la calle de la primera planta que separará el viejo centro comercial de su ampliación.

Estudio del puente, barandilla que aísla del ruido. Fotomontaje.

El proyecto tiene en cuenta los pocos puntos de apoyo que puede tener la pasarela, que acaba aprovechando los espacios libres que dejan los carriles de ida y vuelta de la autopista y el espacio entre los carriles centrales y la carretera lateral para meter los pies. Asimismo, contempla una escalera adyacente en el extremo del centro comercial para poder acceder al aparcamiento y a una estación de Cercanías que, a pesar de estar construida, por el momento está en desuso.

Estudio de la escalera adyacente al extremo del puente. Lleva al centro comercial con acceso al aparcamiento y a Rodalias Renfe.

Como viandante, la pasarela permite sentirse seguro y aislado a pesar de estar en el centro de uno de los enlaces de carretera más importantes de Cataluña. El poco desnivel y el zigzag del recorrido permiten disfrutar del paseo con una estructura que esconde el entorno violento de los vehículos a motor y deja ver el horizonte con la silueta de la cordillera litoral catalana entre Barcelona, ​​el Maresme y el Vallès Occidental. En cambio, como conductor –yendo en dirección a Tarragona–, la estructura rígida funciona como un monumento sencillo pero consistente que hace de puerta de entrada a una planicie que se alarga por el Vallès Occidental hasta llegar al Papiol.

Zigazaga del puente

Desnivel del puente.